El cuidado de la piel durante la lactancia materna debe ser incluso mayor que el que se tuvo durante el embarazo. La piel debe mantenerse hidratada con cremas lubricantes que garanticen que la humectación durará todo el día.
El cuidado de la piel es primordial, ya que es uno de los órganos más importantes del cuerpo. Antes, durante y después del embarazo, así como en el período de la lactancia materna la madre debe ser muy estricta en cumplir rutinas que le ayuden a cuidar su cuerpo.
A nivel fisiológico la mujer experimenta diversos cambios que la preparan para el período de lactancia, el más evidente es la elevación de la hormona de la prolactina, que es la responsable de la producción de leche, incluso antes del parto. Igualmente, está comprobado que las mujeres lactantes tienen menos riesgos de presentar cáncer de seno a futuro.
No obstante, estos cambios fisiológicos también pueden traer consigo cambios en la piel, que requieren de algunos cuidados para mantenerla en las mejores condiciones posibles.
Durante la lactancia materna es importante mantener e incluso incrementar los cuidados de la piel que se tuvieron durante el embarazo, ya que durante la etapa de gestación la mujer almacena gran cantidad de líquido; una vez se produce el parto ese líquido comienza a ser evacuado y por lo tanto la piel, que se ha estirado para permitir se acumule esa agua, puede deshidratarse y tornarse flácida.
Recomendaciones para el cuidado de la piel durante la lactancia materna
- Lo primero es especificar que la lactancia no tiene ninguna contraindicación con los tratamientos de belleza o cosméticos en términos generales, siempre cuidando que no contengan ninguna sustancia que pueda transmitirse al bebé a través de la leche materna y causarle algún daño.
- El ejercicio temprano es fundamental para recuperar la tonificación de la piel.
- Cuidar la ingesta de alimentos, ya que después del embarazo es normal tener más apetito o querer consumir más calorías. No se recomienda una dieta, ya que puede afectar el proceso de lactancia; pero sí cuidar el consumo de grasas y harinas y aumentar la ingesta proteínas.
- La piel debe permanecer lo más hidratada posible, para ello es importante usar cremas que contengan sustancias como las acuaporinas que permiten que la humedad de la piel permanezca durante todo el día, ya que penetra las capas más profundas de la piel, guardando humedad y haciéndola emerger a lo largo del día a los estratos más superficiales de la piel.
- Las estrías que ya aparecieron no son fáciles de quitar y nunca desaparecerán en un 100%; pero sí se pueden mitigar con la lubricación adecuada, generosa y permanente de la piel.
- Evitar el exceso de sol y utilizar protector solar.
- La ingesta de agua es fundamental, porque esa agua va a todo el cuerpo, incluida la piel.
¿Flacidez o senos caídos por la lactancia materna?
No existe un fundamento o relación directa, entre los senos caídos o flácidez y la lactancia materna. Las mujeres con senos grandes observarán que los pechos tienden a caerse un poco, al disminuir su tamaño; pero también es cierto que en otros casos mujeres que han lactado a varios hijos y la apariencia de sus senos se mantiene igual.
No obstante, existen ejercicios ideales para fortalecer los músculos pectorales, que son los que sostienen los senos, y que por lo tanto ayudarán a evitar la flacidez.
David Vásquez Awad
Ginecólogo
vasconia12008@gmail.com
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