Es primordial que los adultos estén disponibles y receptivos a las preguntas que los niños vayan a hacer sobre la pandemia. Las respuestas siempre tienen que ir desde la verdad, pero buscando palabras acordes a su edad y contexto. Es importante no tergiversar la realidad y que los niños sepan que se está trabajando para resolver esta situación, lo que es una oportunidad para explicarles cómo funciona el sistema y que no estamos solos en esto.
¿Cómo afecta el Covid 19 a los niños?
Los cambios de hábitos durante el confinamiento (no ir a clases, salir a jugar, sedentarismo, dietas poco saludables, patrones de sueño irregulares, mayor uso de pantallas, etc.) pueden derivar en problemas físicos, además de ganancia de peso.
El grado de impacto dependerá de diversos factores, como la edad del niño:
- los menores de dos años pueden extrañar a sus cuidadores habituales (por ej. los abuelos) e incluso inquietarse o molestarse por la nueva situación
- los escolares pueden mostrarse preocupados por la situación, su seguridad y la de sus padres, además del futuro y es posible que pregunten sobre lo que ocurre y por qué no es posible salir de casa, por lo que pueden reaccionar de forma intensa o diferente a la habitual, con enojo, tristeza, rabia, y miedo y puede manifestarse con conductas desafiantes, como discutiendo y negándose a obedecer.
Es frecuente que la preocupación de los padres por los acontecimientos afecte su capacidad para reconocer y dar respuesta a las señales de ansiedad de los niños. Los estudios demuestran que los niños que han vivido una cuarentena durante enfermedades pandémicas son más propensos al trastorno de estrés agudo y de adaptación al dolor, y un porcentaje cercano al 30% manifiesta trastornos de estrés postraumático.
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¿La pandemia puede generar problemas psicológicos en los niños?
- Tras la cuarentena, si se mantienen rutinas y hábitos saludables y se proporcionan los apoyos necesarios por parte de los cuidadores, es esperable que la mayoría de niños y adolescentes recuperen su funcionamiento normal, pero es posible que una minoría pueda necesitar tratamiento psicológico tras el confinamiento, especialmente quienes ya presentaban traumas previos, ansiedad, depresión, trastornos del desarrollo o aquéllos viviendo en inestabilidad económica o psicopatología previa.
- Los niños separados de sus cuidadores durante la pandemia (por infección u hospitalización de alguno de ellos) o que han sufrido la pérdida de un ser querido, serán más propensos a presentar problemas psicológicos, miedo a la infección y ansiedad de separación, por lo que posiblemente necesitarán atención especializada.
- Los estudios muestran que en la etapa preescolar el miedo a estar solo, a la oscuridad o las pesadillas, las conductas regresivas, cambios en el apetito y un aumento de rabietas, quejas o conductas de apego exagerado, son las respuestas más esperables.
- Por otro lado, mientras más pequeño sea el niño, mayor es el impacto en áreas clave del neurodesarrollo de la primera infancia (hasta los 6-7 años), desde las capacidades motrices a las relaciones sociales, el juego y el aprendizaje. Aprender la resolución efectiva de conflictos, desarrollar alianzas, enfrentar desafíos nuevos son situaciones que requieren de la interacción con otros niños, lo que puede retrasar estas áreas o dificultar su desarrollo adecuado.
Medidas generales para mitigar el impacto psicológico de la cuarentena
- Los niños pequeños no pueden mantenerse en aislamiento o en cuarentena sin cuidadores durante un período prolongado de tiempo. Si se produce una separación (por ejemplo, por hospitalización), hay que asegurar un contacto regular como por teléfono.
- Explicar a los niños lo que ha sucedido y el propósito de estar confinado en su hogar de manera apropiada para su edad.
- Brindar información clara sobre cómo reducir el riesgo de adquirir la enfermedad.
- Enseñar a los niños las acciones cotidianas para reducir la propagación del virus.
- Los niños de todas las edades se benefician de las actividades estructuradas y de la rutina.
- Se debe permitir y tolerar el uso de Internet, la televisión y la radio, pero se debe evitar tener la TV siempre encendida y monitorizar el uso de las redes sociales para la difusión de mensajes y publicaciones imprecisos y dramáticos. Reducir la cantidad de tiempo de pantalla enfocado en el evento para reducir la posible confusión, preocupación y miedo.
- Promover el contacto virtual con familiares, compañeros de clase, amigos y maestros a través de Internet y el teléfono para disminuir los sentimientos angustiosos de aislamiento y frustración.
- Las escuelas tienen un papel fundamental, no sólo en la entrega de materiales educativos a los niños, sino en la oportunidad de que los estudiantes interactúen con los maestros y obtengan asesoramiento psicológico.
Medidas para mitigar el impacto psicológico negativo de la cuarentena en niños y adolescentes con discapacidades, alteraciones en neurodesarrollo o de salud mental:
- Debe asegurarse que el equipo médico y de salud mental participe para ayudar a controlar cualquier condición preexistente.
- Ponerse en contacto con un profesional de la salud mental si se notan signos de ansiedad y/o depresión grave, como ideación autolítica, síntomas de pánico o irritabilidad marcada.
- Observar la aparición de síntomas como cambios en el apetito, trastornos del sueño, agresión, irritabilidad y miedo a estar solo o retraído.
- Se recomienda explicarles de una manera apropiada para su trastorno lo que ha sucedido y el propósito de estar confinado en su hogar. Por ejemplo, para niños con trastorno del espectro autista puede ser útil usar apoyos visuales.
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