Hoy se está aplicando un estilo de crianza respetuosa, perceptiva y amorosa que busca fomentar tanto el desarrollo de la autorregulación, como el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños y que se basa en escuchar la voz del niño.
La alimentación perceptiva es una parte de la crianza perceptiva, implica reciprocidad entre el niño y su cuidador durante el proceso de alimentación y sigue estos pasos:
- El niño muestra señales de hambre o saciedad a través de acciones motoras, expresiones faciales o vocalizaciones.
- El cuidador reconoce las señales y responde de manera rápida, cálida, adecuada a la señal y apropiada para la etapa de desarrollo del niño.
- El niño da una respuesta predecible ante la señal del adulto.
La orientación alimentaria para lactantes menores y mayores debe guiar a los cuidadores sobre qué es lo que los niños deben/pueden comer, así como el ambiente adecuado para que aprendan a comer saludablemente (por ejemplo, el cómo). Este es un período crucial, ya que las preferencias alimentarias, los patrones de alimentación y el riesgo de obesidad se desarrollan rápidamente entre el nacimiento y los primeros tres años de edad.
¿Cómo aplicar la alimentación perceptiva?
Una vez se dé inicio a la alimentación complementaria, hay que estar atentos para reconocer las señales de hambre y saciedad en los niños. La principal comunicación de los lactantes es el llanto, que debe ser interpretado como un signo de hambre solo si se acompaña de señales adicionales: movimientos de la mano a la boca, balbuceo, búsqueda con la boca, ruidos/movimientos de succión, respiración rápida, dedos apretados y puños sobre pecho y abdomen, y brazos y piernas flexionados.
Los lactantes usan señales diferentes para indicar que están llenos, como son cerrar la boca cuando se les ofrece comida y apartar la cabeza de los alimentos. A medida que los bebés crecen y entran en la infancia, las señales de hambre también incluyen inclinarse hacia la comida, seguir los alimentos con los ojos, movimientos impetuosos de las extremidades, abrir la boca cuando la cuchara se acerca y pedir o señalar la comida.
Cerca del año de edad, los niños podrán expresar con sonidos o palabras su deseo de un alimento específico, para después armar frases como “quiero esto”, “me gusta”, “dame más”. Asimismo, al sentirse llenos, podrán retirar el alimento de la boca, escupirlo, quedarse jugando con él, o decir “no más”, “abajo”, etcétera.
Otro punto importante a tener en cuenta en la alimentación perceptiva es darle al lactante la opción de explorar los alimentos, teniendo en cuenta que atraviesa por una etapa cinestésica en la que conoce el mundo a través de los sentidos y aprende oliendo, chupando, mordiendo, tocando, untándose. Los bebés prefieren usar sus manos para explorar los alimentos sólidos. Aunque esto puede exigir más trabajo del cuidador, le da oportunidad al niño de explorar, adquirir el gusto por la comida sana y ganar independencia poco a poco.
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