La leche materna es el alimento ideal para un bebé, no solo por sus propiedades nutricionales, sino también por los lazos que fortalece entre madre e hijo. En un mundo con diversas formas de familia, como la adopción o la subrogación, la inducción de la lactancia está abriendo nuevas puertas para ofrecer esta nutrición esencial. Además, los bancos de leche materna juegan un papel fundamental en brindar apoyo a bebés que lo necesitan.
La leche humana es indiscutiblemente el mejor alimento que puede ofrecerse a un hijo o hija, no solo por sus beneficios nutritivos sino también por aquellos beneficios no nutritivos, como el fortalecimiento del vínculo madre-bebé, además de los beneficios sobre la salud física y emocional de la madre.
Con el aumento de las nuevas formas de familia (adopción, subrogación o parejas LGTBIQ), en las que no es necesario pasar por una gestación para tener un hijo, han venido aumentando también los casos de inducción de la lactancia, que es el proceso por el que las mujeres que no han gestado a sus hijos pueden producir leche materna. Esto, que parece mágico, es posible. Sin embargo, los conocimientos al respecto aún son escasos y es indispensable consultar a un profesional experto en consejería en lactancia materna para buscar asesoría adecuada y oportuna.
La OMS recomienda que cuando no se disponga de leche de la propia madre, la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas es la mejor opción para la alimentación de los bebés, sobre todo si están enfermos o tienen alto riesgo. Así, hace unas décadas, se establecieron los bancos de leche humana, centros especializados, responsables de promover y apoyar la lactancia materna, y de recolectar, procesar, controlar la calidad y dispensar la leche materna donada a cualquier bebé que la precise, bajo criterio médico.
Las donantes son mujeres sanas, que lactan satisfactoriamente a sus bebés y que deciden donar leche de forma altruista para beneficio, casi siempre, de recién nacidos enfermos o prematuros. Como requisito, se les realiza previamente una serie de estudios en sangre para descartar enfermedades infecciosas que pueden llegar a ser transmitidas a través de la leche materna, como sífilis, VIH, hepatitis B y C y Chagas. Posteriormente, la leche donada es sometida a análisis microbiológico para garantizar la seguridad de su consumo, así como a tratamientos térmicos para asegurar la ausencia de virus y bacterias contaminantes.
Tener un hijo o adoptarlo es un acto de amor que debe empezar garantizando una nutrición adecuada que permita el desarrollo de una persona sana en el presente y en un futuro.
Para aclarar dudas sobre este tema, puede comunicarse con el Banco de leche humana ubicado en su ciudad.
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