¡El nuevo miembro de la familia ha nacido! Y debes tener en cuenta algunos consejos para cuidarlo de la mejor manera en sus primeros días de vida.
En la medida que el bebé recibe la atención para resolver sus necesidades básicas de afecto, abrigo y alimentación, va adquiriendo confianza en las demás personas de su hogar, especialmente en su madre o cuidadora.
Cuando llora para solicitar ayuda, verifique si tiene hambre (al sobarle suavemente la mejilla, responde rápido con su boca intentando succionar), o si tiene frío y requiere que lo arropen con cariño, o si requiere de la presencia y el contacto físico de su madre para recibir su afecto. ¡Actúe de inmediato! No importa el día y la hora, no se va a ‘resabiar’.
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La adecuada alimentación del bebé es fundamental, conviene repasar las recomendaciones hechas por el pediatra. Hay que tener muy presente su baño diario y cambiarle de pañal cada que tenga deposición.
El bebé duerme la mayor parte del día. Hay que brindarle un sitio tranquilo con la luz y los ruidos habituales del hogar, sin almohada y en posición boca arriba o de lado. Aprovechar cuando esté despierto, en especial durante el baño y la alimentación, para hablarle, darle masajes y estimularlo. Utilizar vestidos cómodos, antialérgicos y que le permitan mover con facilidad sus cuatro extremidades; no se recomienda usar manoplas o mitones.
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