Los miedos son una parte natural del desarrollo infantil, y es común que los bebés y niños pequeños experimenten temores frente a situaciones y estímulos desconocidos. Sin embargo, es importante abordar estos miedos con sensibilidad y comprensión, evitando minimizarlos o ridiculizarlos. Conoce los miedos más comunes en los niños según su edad, te damos consejos prácticos para acompañarlo en el proceso de superación de sus temores, promoviendo así su crecimiento emocional y su desarrollo saludable.
Los investigadores aseguran que los bebés nacen básicamente con miedo al ruido estruendoso y a las alturas. Todos los demás miedos se generan a medida que se relacionan con su entorno, reciben información de los diferentes medios y tienen nuevas experiencias.
Lo importante frente a estas situaciones es comprender que los miedos son emociones reales y normales que aparecen y desaparecen a medida que tu niño crece. Cualquier miedo debe ser tratado con respeto, sin ridiculizaciones o evasiones.
En términos generales, se ha podido identificar que alrededor de los seis meses el pequeño siente miedo ante los movimientos repentinos y durante el primer año se atemoriza con personas y situaciones extrañas.
Después de los tres años de edad suelen aparecer el mayor cúmulo de temores, ya que es la edad en que tu niño todavía no alcanza a comprender claramente el mundo que lo rodea, no hace diferencia entre lo real y lo imaginario, conoce la existencia de personajes por cuentos o películas e inventa amigos imaginarios.
Los miedos en los niños no siempre son malos porque muchos les van a permitir desarrollarse como personas o evitar accidentes. Por ejemplo, los miedos a cruzar la calle, caer del columpio, al agua o a los animales, pueden protegerlos en muchas circunstancias
Sin embargo, hay miedos que deben ser superados con el apoyo de los papás, especialmente aquellos que exigen del trato amable, cariñoso y tranquilo de los progenitores como son el temor a la oscuridad, al abandono, a las tormentas o a lo desconocido.
Nunca permitas que tu hijo enfrente solo sus miedos. Para él o ella es vital la confianza y tranquilidad que le dan sus progenitores.
La clave para apoyar a tu pequeño durante estos episodios es concentrarte en averiguar qué le preocupa y qué origina el temor. Con base en esa información, habla con tu niño, explícale que todas las personas sienten miedo, guíalo en la búsqueda de una solución y enséñale a disminuir la ansiedad.
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