Los rasgos de personalidad del bebé se manifiestan desde las primeras semanas de vida. Ir descubriéndolos es una de las partes más emocionantes de tener un hijo.
¿Es muy activo y vivaz, o es más bien tranquilo? ¿Es tímido ante las situaciones nuevas, como el primer baño, o disfruta con la novedad? Encontrarás claves de la personalidad de tu hijo en todo cuanto haga, desde dormirse hasta llorar. Cuanto más te esfuerces en identificar estas señales y aprendas a responder adecuadamente a la personalidad de tu hijo, más tranquila y predecible será su vida durante los meses siguientes.
Aunque muchos de estos rasgos de carácter dependen de la constitución genética que el niño ha heredado, si tu hijo ha nacido prematuramente, es posible que demore en presentar tales rasgos.
Si tenías determinadas ideas sobre el cuidado de los niños antes del nacimiento de tu hijo, revalúalas ahora para ver si se adaptan a las características de éste. Haz exactamente lo mismo con los consejos de los expertos (libros, artículos y, sobre todo, amigos y familiares bien intencionados) sobre cómo cuidar y educar a un niño. La única verdad es que no existe ninguna ‘fórmula precisa» para criar a un niño. Debes crear tus propias guías, basadas en la personalidad única de tu bebé, tus propias ideas y las circunstancias particulares de tu vida familiar.
Lo más importante es que aceptes y respetes la individualidad de tu hijo. No intentes encasillarlo en ningún molde o esquema definido. La personalidad exclusiva de tu hijo es su principal valor y respetándola desde el principio contribuirás a sentar las bases de su autoestima y de su capacidad de mantener relaciones armoniosas con los demás.
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