Las pataletas son conductas normales, frecuentes y esperables, que inician a los 18 meses y continúan hasta los 4 o 5 años. Estas son una forma de comunicación de los niños y niñas, pues aún no han desarrollado un lenguaje verbal y emocional adecuado por su inmadurez. Esta es la forma de expresar sus sentimientos de rabia, frustración o inconformidad frente a una situación. Además quieren manifestar sus deseos y ejercer su voluntad.
Antes de cumplir el año, los niños enfrentan grandes desafíos, quieren realizar muchas cosas a la vez y a menudo se frustran por no poder lograrlo. Sus pasiones, odios, deseos, risas y llantos son tan fuertes como los de un adulto. Con un lenguaje escaso y una movilidad apenas comenzando, es muy poco lo que pueden hacer frente a estos sentimientos y conductas del niño.
Los llantos de impotencia son remplazados por conductas que a veces buscan llamar la atención, como serían halarse el cabello, golpearse la cabeza, morder a otros niños, dejar caer objetos, entre otros. Lo más importante es tratar de evitar que hagan daño a otro niño o a sí mismos.
Por otro lado, las pataletas constituyen una forma de protesta física que con frecuencia aparece en la niñez y es desencadenada usualmente por una frustración. Se caracterizan por episodios de ira en los cuales el niño se tira al suelo, patalea y grita. Lo más importante es tratar de evitar que hagan daño a otro niño o a sí mismos.
Otra forma de como llaman la atención los niños son las rabietas , es común que ocurran entre los 18 meses y 3 años de edad, ya que a través de su conducta, busca comunicar su inconformidad frente a una situación. También, a esta edad es cuando tu bebé empieza a desarrollar su autonomía e independencia.
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¿Cómo debemos actuar ante una pataleta?
- Nunca perder la calma, ellos siempre estarán atentos a nuestra respuesta, y de esta forma se darán cuenta que la pataleta no funciona. Recuerda que el adulto y el del control eres tú.
- Ayúdale a calmarse dándole su espacio y tiempo para ello. Háblale y dile que cuando este más tranquilo buscarán juntos una solución. Hazle saber que estás ahí para ayudarlo.
- Nunca uses la violencia ni los gritos, no es una buena enseñanza de cómo resolver los conflictos.
- No lo juzgues diciéndole que es un “malcriado” o un “grosero”, puedes herir su autoestima. Solo habla en positivo, explícale que es normal que en ocasiones las cosas no sean como uno quiere, pero que puede haber una solución.
- Enséñale a aceptar un “no” como respuesta y aceptar las cosas. En caso de estar calmado, intenta promover las negociaciones como estrategia, pero que el no sienta que cedes a las pataletas.
- Termina siempre con un abrazo y exaltando sus cualidades y la forma como manejó la situación.
Recuerda el valor del ejemplo, los niños aprenden por imitación de sus padres y cuidadores. No olvides hablar y acordar con el papá o la mamá, para que no se desautoricen frente al niño o niña, es importante que las pautas de crianza sean acordadas como familia.
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