Mis hermosas futuras y presentes mamás, algo que siempre me pregunté cuando pasé por esta pesadilla fue por qué nos enseñan cosas tales como; como se hacen los bebés?, cuánto dura el embrazo?, qué dolores físicos experimentamos con las contracciones y durante el parto?, pero jamás ni siquiera nos mencionan que los dolores emocionales son algo que aparecerán en mayor o menor medida, algunas incluso con la fortuna de jamás siquiera notarlos.
Durante nuestro embarazo somos sencillamente un coctel de hormonas, en donde llega un ser a modificarnos por dentro y por fuera todo lo que tenemos en nuestro organismo, desplaza nuestros órganos, se mueve sin que nuestro cerebro le de instrucciones como al resto de nuestro cuerpo, cambia nuestra apariencia física, nos de más hambre o nos den ganas de vomitar todo lo que comemos, se nos cae el pelo, se nos seca la piel, nos crecen los senos y los pies, nos afecta la memora, nos cambia el sueño y hasta se mete en nuestra privacidad pues muchas veces no podemos ni ir al baño normalmente por los efectos colaterales que nos produce, y en nuestra relación de pareja podemos llegar a aborrecer a quien profundamente amamos sin entender por qué, incluso no permitiendo que nos vuelvan a tocar.
Quien en su sano juicio podría creer que todos estos cambios solo son parte de nuestro cuerpo? es mas que normal que nuestras emociones se vean afectadas porque sencillamente ya no somos dueñas de nosotras mismas. Muchas veces ni nos reconocemos. Estamos dejando atrás todo aquello que conocíamos de nuestra identidad para convertirnos en algo llamado mamá. A esto sumarle la importancia que cobra el bebé al nacer, y lo invisibles que nos volvemos para el mundo en cuanto llega a nuestras vidas y a las de quienes nos rodean este nuevo angelito. Por último, sin importar cuanto esfuerzo le pongamos a esta nueva tarea, siempre van a haber personas imprudentes que solo nos dicen lo mal que lo estamos haciendo, o porque no hemos recuperado nuestro peso habitual de manera record como lo han hecho tantas otras mujeres, o como es que nuestro bebé no duerme toda la noche después de la primera semana o porque todavía dormirnos con él a nuestro lado, en fin, tantos «expertos» que se llenan la boca des animándonos cada vez más en nuestro esfuerzo por conquistar la mas difícil de las tareas, ser una buena mamá.
La depresión post parto aparece como un enemigo silencioso, que nos hace plantearnos si somos suficientes, si merecemos realmente este privilegio que nos ha sido otorgado, habiendo tantas personas que no pueden concebir, si somos capaces, incluso hasta poder llegar a paralizarnos y a no comentar nada de lo que guardamos para nosotras mismas por miedo a que nos quiten a nuestro bebé, o nos juzguen como locas. Sabían que existen depresiones post parto que incluso llegan al 3er grado?
Es importante que lo primero que tengamos en cuenta es que no estamos solas, esto le ha pasado a millones de mujeres en el mundo, la depresión es como cualquier otra condición y según el grado se debe tratar incluso con medicación pues los mismos pediatras prefieren bebés alimentados con fórmula y mamás tranquilas. En la lactancia absolutamente todo se lo transmitimos al bebé, y estas emociones que nos invaden cuando estamos atravesando por esta experiencia son más dañinas para el bebé que cualquier falta de nutriente que puedan encontrar en la leche materna. Conozco miles de adultos exitosos, saludables, excelentes personas que nunca pudieron ser amamantados pero si crecieron con todo el amor que se les podía dar, porque tuvieron padres sanos y felices a su lado.
Este espacio lo abro para todas esas dudas que puedan surgir acerca de identificar una posible depresión post parto, que factores de riesgo tenemos para empeorarla y como podemos hacerla mucho más llevadera.
Mi experiencia como coach ontológica y mamá que sufrió esta depresión en carne propia, me permite poner a su disposición toda la ayuda y el apoyo que esté a mi alcance desde mi conocimiento y desde haber sido alguien que alguna vez también estuvo en sus zapatos y que gracias al apoyo de otros profesionales, familia y amigos, pudo salir adelante para empezar a disfrutar la verdadera felicidad de ser mamá. Es una bendición que todas merecemos disfrutar, y permitirnos hacerlo sin otros factores que alteren nuestras funciones normales de vida. Bienvenidas todas las preguntas y comentarios.