Antes de quedar embarazada de mi hija, una de mis mayores preocupaciones era ¿qué pasaría conmigo en esos nueve meses?, ¿iba a verme como muchas de las mujeres embarazadas que habían pasado frente a mis ojos a lo largo de mi vida? y ¿que vendría después? Ese pensamiento me daba muchas vueltas en la cabeza y era un factor que pesaba en mí para quedar embarazada, inclusive mucho antes de ese hermoso periodo de mi vida tenía muy claro que no quería ser como aquellas mujeres que descuidan su aspecto personal dejando a un lado el seguir siendo las mujeres bellas y arregladas que solían ser antes del embarazo; por otra parte tampoco quería verme como una «señora embarazada», aquellas que se ven demasiado arregladas con esas batas y vestidos tan acartonados y serios que venden en muchas de las tiendas de ropa para el embarazo.
Soy una mujer que siempre le ha gustado verse bien, vestirse bonito, creo que tengo un estilo propio, me gusta tener mi cabello limpio, bien peinado y estar bien maquillada, sin extremos; también tengo que confesar que mi mayor debilidad es por las joyas y los accesorios, de ahí la creación de Joyas Cavalli; aún si estoy en la casa, cuando me arreglo, me miro en el espejo y me siento satisfecha, sonrío desde el interior, lo hago por mí; tampoco soy extremista, no evito comer para no engordarme o no tener un día de plan relajado, no voy al gym por horas y horas para estar súper delgada, nunca esta mal cuidar nuestra salud, pero creo que todo debe tener un equilibrio.
Cuando quede embarazada entonces, tenía mil cosas que pensar, ¿iba a cambiar mi estilo? ¿mi ropa?, ¿me desharía de mis accesorios? Entendí que tenía que ser yo misma y comencé a buscar ropa con la cual me sintiera auténtica, joven, fresca, pero sin dejar de lado el estar bonita y arreglada, no fue fácil, escuchar las voces de mis amigas, mi familia, me confundía más, conseguir ropa de maternidad en mi ciudad no fue sencillo y cuando la conseguía y me la probaba realmente me sentía como una señora de los años 40’s, ¡que risa!, esa que veía en el espejo, no era yo, era una persona muy diferente; recuerdo que pasé por muchas tiendas, mi esposo me acompañaba y concordaba conmigo, ese pantalón, no, es muy serio, aquella blusa, ya se fue al otro extremo, fueron días y días caminando, buscando algo que me durara los 7 meses y que también me pudiera poner luego del parto.
El embarazo es una etapa hermosa, y como tal hay que vivirla al máximo, mi consejo es que nunca dejes de lado el sentirte femenina, bella y sobretodo única, sin importar cual sea tu estilo, si te gusta lo más recatado o lo que puede ser un poco más lanzado, nunca dejes de ser tú, nunca dejes de ser la misma para ti y para tu pareja; créeme, tu pareja también tiene miedo al cambio y puede pensar lo mismo que tú, tus preocupaciones, sin que las menciones pueden ser también las suyas.
Es verdad que durante el embarazo y después con la llegada del bebé todas nuestras prioridades cambian, pero aún así debemos tener presente que somos mujeres que brillamos al vernos y sentirnos bien, sácale provecho a la etapa que estés viviendo; en el embarazo hay meses más duros que otros pero eso no importa, cuando puedas y quieras, cuando tengas ganas de hacerlo, disfrútalo, saca tiempo para ti, no te descuides y aunque puede que no haya necesidad de estar demasiado arreglada, maquillada o entaconada, ponte tú mejor pinta, aquella con la que te sientas cómoda y hermosa, unos hermosos aretes o tus accesorios favoritos, esto te hará sentir única y especial, sé para ti misma la mujer más hermosa del mundo, sé tú, única, auténtica y siempre feliz; cuando así te sientas, eso se vera reflejado, tu pareja lo verá y compartirá esa alegría contigo, aprovecha cada momento, pues tú sabes tan bien como yo que ese instante no regresa.
Por: Angela Pulido
Marca Aliada MamaYPapaCO
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