Los hábitos como el chupete y el dedo se denominan hábitos de succión no nutritiva (como si lo es el pecho materno)
La succión es una función instintiva y refleja del recién nacido.
Estos hábitos en los primeros años son considerados normales porque se asocian a la necesidad de satisfacción afectiva y de seguridad.
Sin embargo, la succión está programada para ejercer sólo durante un periodo de tiempo determinado y luego extinguirse progresivamente a medida que aparecen los dientes de leche y el niño adquiere un patrón de alimentación masticador y deja atrás un patrón succionador.
Las secuelas de succión prolongada (más allá de los 2 años)
– Maloclusiones
– Incorrecta relación entre el maxilar y la mandíbula
– Mordida abierta anterior
– Mordidas cruzadas posteriores.
Son patologías multifactoriales, razón por la cual los efectos del hábito prolongado varían de acuerdo a la duración, frecuencia e intensidad, musculatura facial, predisposición genética, etc.
Por lo que no es igual en todos los niños, ni tampoco el tratamiento
Todo niño debería cesar el hábito alrededor de los 18 meses (máximo 24 meses) para lograr así reducir el riesgo de secuelas,las cuales pueden persistir hasta su dentición permanente.
Y todo niño mayor de 3 años que persista con un hábito o presente una maloclusión dentaria temprana, debe ser referido a un odontopediatra u ortodoncista para informar acerca de las consecuencias y determinar la necesidad de tratamiento, con el fin de evitar maloclusiones esqueléticas mayores.