Todos hemos sido niños, así que seguro que le debemos mucho a los purés de verduras. Si durante sus primeros tres meses de vida la leche será el único alimento del bebé, porque cubre todas sus necesidades en cuanto a nutrición, luego será el momento de añadir nuevos alimentos a la dieta. La etapa concreta, claro, dependerá de lo que el pediatra estime que es conveniente.
La cuestión, sin embargo, es cómo conseguir que el bebé se haga a este nuevo y necesario sin problemas. Como recuerda Crecer Feliz, es habitual, a instancias del pediatra, comenzar con un poco de caldo de verduras sin sal que se le pone en el biberón, para conseguir que se vaya haciendo a su sabor. Cuando comprobemos que lo acepta, la idea es pasar a los primeros purés, aunque, en lugar de mezclar varias verduras, se opta por una con una base de patata, lo que permitirá ir descartando las que le puedan sentar mal.
La manera de introducir el puré de verduras, en todo caso, será más o menos progresiva, en función de los gustos del bebé. Los hay que son más delicados, así que habrá que echarle un poco de paciencia. A mí personalmente me ayudó mucho este artículo de Madre Millennial en el que explica cómo hacer que los niños coman verduras.
Una idea es mezclar un poco de puré con la leche del biberón de mediodía, e ir incrementando cantidades hasta que esté completamente habituado al sabor, y pueda terminar degustando un rico puré con cuchara. Así, el último paso será el de mezclar dos o tres verduras, ya incluso de un sabor más intenso, aunque descartando las que le pueden provocar gases y las que tienen mucho nitrato, que son más recomendables a partir de los 18 meses.
¿Por qué darles purés de verdura?
Sabemos lo importante que es el consumo de verduras, pero reconocemos que, incluso de adultos, nos cuesta darles prioridad en lugar de sucumbir constantemente a la tentación de algo que parezca más sabroso y que sacie más. Ni que decir tiene que hay recetas elaborados con verduras que están buenísimas, y que además, como las cantidades no suelen estar restringidas como sucedería con los hidratos de carbono, nos podemos saciar fácilmente. Y es algo que hay que inculcar a los hijos desde que son pequeños.
No podemos caer en el error de pensar que las verduras son prescindibles si el pequeño come fruta, ya que la necesidad de introducir todos los alimentos para componer una dieta sana y equilibrada ha sido demostrada en muchas ocasiones. Ambas, frutas y verduras, aportan nutrientes diferentes de origen vegetal, pero las segundas tienen menos azúcares y pueden ser mejores como fuente de proteínas vegetales.
Dar protagonismo a las verduras implica también no tirar solo de proteínas y cereales. El volumen de estas se contrarresta con un alto contenido de agua, con pocas calorías, por lo que pueden ayudar a prevenir la obesidad infantil. De hecho, acostumbrarles a comer verduras es parte de su educación nutricional, de conseguir que adquieran hábitos alimentarios saludables para etapas posteriores.
Solemos desesperarnos en el intento pero, como recoge Directo al Paladar, hay métodos efectivos para conseguir el propósito. Diversos estudios han demostrado que el marketing puede servir, por lo que se pueden colocar carteles en casa, por ejemplo, haciendo uso de sus personajes favoritos comiendo verduras.
Hacerles partícipes en el cocinado y en la compra y la elección de las piezas también ayuda, así como la exposición repetida. Tener las verduras bien visibles en el frigorífico y en la mesa y ver a sus familiares comerlas, ayudará a superar la aversión.
Purés de verduras para bebés
Recordando: siempre según lo que diga el pediatra, por lo general se introducen las verduras entre los tres y los cinco meses, y se hace de manera progresiva desde el caldito de verduras en el biberón hasta los purés de varias verduras, pasando por la introducción de una o dos cucharaditas en el biberón de mediodía y la preparación de purés con solo una verdura y patata. Veamos algunos ejemplos:
Puré de puerro y patata
Este puré de verduras para bebés es ideal para la introducción progresiva de la que venimos hablando. Es útil usar patata en los purés porque aumenta el sabor, aporta sus propios nutrientes y ayuda a espesar, y la clave para calcular la ración ideal está en utilizar una de patata por cada dos de verduras. Así, para esta receta podemos utilizar seis puerros, una patata grande, aceite de oliva suave (con un 0,4 de acidez) y un vaso de agua.
La preparación es simple: se lavan y se trocean los puerros y se pela y se corta la patata también en trozos.
Se ponen en una olla, se cubren con agua y se ponen a fuego medio hasta que esté tierno. Cuando lo esté, el caldo se reserva y el puerro y la patata se trituran bien.
Yo utilizo el pasapurés para que quede una textura más agradable, sin hebritas ni trocitos que, como es bien sabido, bebés y niños odian encontrarse. Se trata de un utensilio que cocina imprescindible que ronda los 20 euros, así que os lo recomiendo. Añade el aceite para conseguir mejor textura fina y, en caso de querer quitar espesor, el caldo reservado. Remueve. Si es para bebés antes de un año, el puré estará listo. Si es para niños mayores o para padres y madres, se puede añadir un poco de sal y pimienta.
Puré de zanahoria
Es una receta adecuada para niños de entre 4 y 6 meses. La zanahoria no es un vegetal con el que los niños suelan llevarse mal, así que también es ideal para empezar. No necesitas más que la zanahoria, agua y aceite.
De nuevo, pela y corta el vegetal y ponlo en una olla con agua, la suficiente para cubrir, pero que no sea demasiada.
Cuando esté blandita, lo que llevará unos 15 o 20 minutos, saca la zanahoria, reservando el caldo, y pásala por el pasapurés. Si aún no tenéis, puedes batir en la batidora y pasarla luego por un colador, para quitar esas hebras que pueden provocarle arcadas.
Por último, se añade un poquito de aceite y agua, si lo ves necesario, se remueve y se sirve. Siguiendo estos pasos sencillos, puedes utilizar un vegetal nuevo cada pocos días, para así abrir el abanico.
Puré de verduras y pollo con thermomix
Forman parte de los purés de verdura para bebés de 8 meses, tiempo en el que se suele recomendar la introducción de carne para dar un paso más. Se puede hacer con thermomix, pero también sin ella.
Necesitarás una pechuga de pollo (unos 350 gramos), dos vasos de agua (unos 500 ml), un poco de aceite, dos puerros, tres zanahorias medianas, dos patatas, un calabacín y 250 gr de judías verdes.
Se quita la piel de las zanahorias y de las patatas, se lavan las judías y se les corta el rabito, se lava el calabacín y se le quitan los extremos, y se pica el puerro.
En el vaso de la thermomix se introduce luego el puerro, la patata, el calabacín y la zanahoria, y se tritura a una velocidad de 5 durante 5 segundos. Luego se pone el aceite y se programa unos 7 minutos a velocidad 2, y a 100 ºC.
Luego se añaden las judías y se trituran cinco segundos a velocidad 4, se pone el agua, y se vuelve a programar durante 12 minutos a velocidad 2, en modo varoma. Lo último es agregar las pechugas, programar durante 12 minutos en modo varoma y velocidad 1, dejar reposar y triturar a velocidad 10 durante 1 minuto. Así quedará fino.
Esta receta la compartió una usuaria de Cookpad que tiene una niña de dos años, por lo que también es un puré de verduras para niños. Yo prescindo del tomate, e hice lo propio con la sal hasta el año.
Puré de verduras y pescado blanco
El pescado blanco, como el lomo de merluza, lenguado o gallo sin piel y sin espinas, se suele introducir entre los 10 y los 11 meses. Para esta receta puedes utilizar 200 gr de pescado, dos patatas, un calabacín, una zanahoria, un puerro, un tomate, agua y un poco de aceite de oliva.
Lava, pela y trocea los vegetales, procurando que la zanahoria, al ser más dura, vaya más cortada que las demás. Desmenuza el pescado y reserva.
Usa una olla o cazuela con capacidad suficiente, pon el aceite y vierte luego las verduras para rehogar unos minutos.
Luego añade agua hasta que cubra y sube el fuego hasta que se cuezan, hasta que las notas blanditas. Cuando lo estén, puedes añadir el pescado desmenuzado.
Pasa los ingredientes sólidos por la batidora y tritura bien, añadiendo caldo de la cocción para que quede más o menos espeso. Con esa edad, es preferible que no quede tan fino, para que el niño se encuentre pequeños tropezones o grumos que ir masticando, como siguiente paso en su desarrollo nutricional.
Si le añades sal porque el niño ya tenga la edad suficiente, el último paso será poner de nuevo los ingredientes en la olla, ya sin el caldo y a fuego bajito, para añadir la sal y, opcionalmente, algo de perejil.
Recetas de cremas de verdura para niños
Técnicamente, en cocina no es lo mismo crema que puré, aunque su aspecto sea muy parecido. Las cremas, sin embargo, llevan un elemento lácteo, como la leche, la nata o los quesitos, y los purés no. La sopa, por su parte, tiene una base más acuosa, más líquida.
Por si son más de tu agrado las cremas, o para ir alternando, te dejo un par de recetas de cremas. Desde que puedan tomar verduras los bebés pueden ingerir este formato, pero pregunta siempre antes al pediatra.
Crema de calabaza
Esta receta me encanta y es ideal para el otoño. De hecho, si a los niños les encantará si se compra una calabaza entera y se usa la cáscara para decoración de Halloween, así que es momento de negociar con ellos, en el proceso de compra, todo el uso de este vegetal.
Necesitarás un kilo de calabaza, dos puerros, media cebolla, 75 gr de parmesano rallado, un quesito, 600 ml de caldo de verduras, 600 ml de nata para cocinar y aceite.
Opcionalmente puedes agregar pimienta blanca. Corta la calabaza en cuadraditos y pica puerros y cebolla. Vierte el caldo en una olla con los vegetales picados, el aceite y, si quieres, un poco de sal y pimienta. Cocina a fuego medio hasta que los ingredientes se pongan tiernos.
Bate los vegetales con la batidora o pásalos por el pasapurés, agregando algo de caldo en el que han sido cocinados para alcanzar la textura ideal.
Vuelve a poner en la cazuela, ya sin caldo, a fuego medio y con la nata y el quesito a trocitos. Vuelve a batir. Pasa la mezcla por un colador y añade el queso rallado.
La idea es que se vaya fundiendo poco a poco, así que ve recomiendo. El puré ya estaría terminado.
Crema de remolacha en thermomix
Esta es mi gran favorita. Si no la habéis probado aún, su sabor os sorprenderá, y su color resulta muy atractivo. En esta ocasión, os propongo usar la thermomix, pero también podéis hacerla siguiendo pasos similares a los de la crema de calabaza.
Necesitarás medio kilo de remolacha cocida, 300 gr de puerro, un diente de ajo, 750 ml de caldo de verduras (o de ave, si quieres beneficiarte de sus proteínas de origen animal), un cuarto de cucharadita de comino, 40 ml de aceite de oliva y un yogur natural.
Debes pelar el ajo y trocear los ingredientes.
Coloca dentro del vaso el aceite, el puerro y el ajo, y programa a velocidad 5 durante 5 segundos.
Añade después la sal (en su caso) y programa 10 minutos en modo varoma con giro a la izquierda y velocidad de cuchara, para conseguir una buen base. Pon luego la remolacha y el caldo, y programa a velocidad 1 durante 10 minutos, a 100 ºC.
Agrega luego el comino, y tritura todo durante 1 minuto a una velocidad progresiva de entre 5 y 10. Prueba y sazona más, si lo consideras conveniente. Antes de servir, agrega el yogur y bate.
Como siempre, espero que toda esta información te resulte útil y alcances el éxito a la hora de dar verduras a tus hijos. Ya sabéis que estoy abierta a cualquier sugerencia, comentario, recomendación o idea que queráis hacer. ¡Compartir conocimiento siempre es bueno!
Fuente: https://madremillennial.com