El embarazo es una etapa llena de expectativas y emociones, pero también puede presentar desafíos y preocupaciones. Una de las situaciones más alarmantes es la amenaza de aborto, especialmente en el primer trimestre. Esta condición se manifiesta con síntomas como sangrado vaginal, dolor abdominal tipo cólico, y contracciones uterinas, que pueden indicar un riesgo potencial de aborto espontáneo antes de la semana 20 de gestación.
Es fundamental entender que una amenaza de aborto no significa necesariamente que el aborto ocurrirá. De hecho, muchas mujeres con estos síntomas logran continuar con sus embarazos de manera saludable. En este artículo, exploraremos en detalle qué es una amenaza de aborto, sus causas más comunes, los síntomas a vigilar, y las opciones de tratamiento disponibles. Con la información adecuada y la atención médica oportuna, es posible manejar esta situación de la mejor manera posible.
La amenaza de aborto es una situación en la que una embarazada experimenta síntomas que pueden indicar un riesgo potencial de aborto espontáneo: sangrado vaginal, dolor abdominal tipo cólico, contracciones uterinas y, en algunos casos, expulsión de tejido o coágulos a través de la vagina antes de la semana 20 de gestación. Cualquier sangrado vaginal en el primer trimestre es una amenaza de aborto hasta que se demuestre lo contrario.
Es importante comprender que una amenaza no garantiza que el aborto ocurrirá necesariamente. De todos los embarazos diagnosticados aproximadamente se pierden entre 10 y 27%. El 80% de los abortos espontáneos ocurren antes de la semana 13 de gestación, después el riesgo de aborto disminuye notablemente.
Las causas más frecuentes de pérdidas del embarazo durante el primer trimestre son las alteraciones cromosómicas y la exposición a sustancias teratógenas, pero en la mayoría de casos no es posible determinar el motivo exacto que ha causado la pérdida. Otras causas son infecciones del tracto genital o sistémicas, problemas en el útero o el cuello uterino (anomalías uterinas, útero septado, insuficiencia cervical) y desequilibrios hormonales (como de progesterona).
El riesgo de pérdida del embarazo disminuye a medida que aumenta la edad gestacional y, para los fetos genéticamente normales, son raros los abortos más allá de la semana 15.
La hemorragia vaginal es el signo más frecuente y característico. Su intensidad y aparición pueden ser muy variables hasta la resolución del cuadro clínico. Cuando se acompaña de dolor abdominal sugiere peor pronóstico y frecuentemente el desenlace es una pérdida gestacional en las próximas horas.
Diagnóstico
Las manifestaciones clínicas asociadas a cuadros de hemorragia vaginal antes de las 20 semanas de gestación hacen sospechar amenaza de aborto:
- Dolor abdominal: similar al cólico menstrual, constante o intermitente.
- Contracciones uterinas: algunas pueden ser dolorosas.
- Sensación de presión en la pelvis o la espalda baja.
Tratamiento
Depende de la situación individual de cada mujer y debe ser supervisado por un profesional de la salud. Es muy inespecífico, debido a la multivariedad de causas.
Sin embargo, en general, puede incluir reposo, evitar actividades extenuantes, relaciones sexuales y consumir ciertos medicamentos. A nivel farmacológico, el tratamiento con progesterona demuestra la mayor efectividad y analgésicos suaves pueden usarse para aliviar el dolor tipo cólico.
La atención médica temprana es esencial para garantizar la mejor atención posible y reducir los riesgos. Ante cualquier síntoma, es fundamental buscar atención médica de inmediato.
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