Elegir el nombre de un hijo es uno de los primeros actos de responsabilidad de parte de los padres que implica equilibrio, sencillez, proyección y buen gusto. Nombrar a los hijos es comenzar a trazar un camino en su vida. Es el primer depósito de seguridad que entregamos como padres. El nombre es una extensión de lo que somos y sentimos. Los nombres para bebes son muy diversos. No podríamos decir que hay nombres bonitos o feos, porque es algo relativo y depende de la percepción de cada familia.
Hay factores culturales, religiosos, geográficos, contexto cultural y socioeconómico en el que se está, lo que va a depender de la decisión que se tome. Muchas veces se desea nombrar a los hijos con el mismo nombre que ha llevado por largo tiempo la familia como una tradición o también según el contexto cultural y colocar un nombre de moda. Sea cual sea la razón que nos impulsa a escoger un nombre, lo importante es tener claro que los hijos son personas independientes, individuales y tendrán vidas diferentes a las nuestras.
Por ello hay que ser sensatos, equilibrados y consecuentes con el futuro. Uno se puede equivocar, pero se debe procurar ser los más objetivo, serio y proyectados al futuro del bebe a la hora de escoger el nombre. Mas que mal es el momento en que se decide como se llamaran por toda su vida. Carol Fried Periodista
