Los bebés al nacer comen con frecuencia cada 2 a 3 horas y no tienen mucha actividad física, curiosamente a medida que crecen aumentan sus destrezas físicas, y no necesariamente por ello comen más. De hecho, la falta de apetito en bebés de año y medio es muy curiosa: “comen la mitad, juegan el doble y uno se preocupa el triple”, época conocida como la inapetencia fisiológica.

La nutrición infantil es un proceso de construcción físico, social y emocional, donde desde el punto de vista de la crianza debemos entender que los niños que no comen y están sanos, se alimentan hasta donde lo necesiten. No debemos forzar más allá de lo que quieren recibir. Así podrás responder ¿Qué hacer si mi hijo no quiere comer?

Algunos niños pueden requerir en circunstancias especiales complementar su alimentación con productos nutricionales. Esta terapéutica requiere de una entrevista médica, un examen físico y una entrevista de la dinámica familiar en la alimentación que nos dé su indicación.

¿Qué hacer en estos casos?

Estos son algunos hábitos alimenticios saludables para los padres de niños que no quieren comer:

Ofrece los alimentos adecuados y establece el lugar y las rutinas de alimentación en casa, evitando distractores como televisión o dispositivos tecnológicos.
Siéntense todos a la mesa y consuman comida saludable, ya que no falta el adulto que con bebida cola y paquete en mano exige a su hijo que consuma frutas y verduras, no olvidemos el proverbio que dice “fray ejemplo el mejor predicador”
Si tu bebé no quiere comer, no le des a la fuerza ni le ruegues, tampoco le ofrezcas premios para que coma, no le hagas reclamos, pero permítele que asuma la consecuencia natural de no comer y experimente que más tarde tendrá lo mismo o una alternativa saludable y equivalente, por ejemplo remplaza las verduras por frutas.
No olvides que en ocasiones los niños que no comen sí lo hacen con la abuela, la nana u otros cuidadores. Esto no indica que no te quiera, tal vez prefiera jugar contigo o compartir otras actividades. , es como si te estuviera probando, da un poco de paciencia, dulzura y caricias y vuelve a ensayar.

Si a pesar de estas recomendaciones, observas que aun así tu niño no quiere comer, no se disfruta el arte de comer en familia, o tu no estas tranquilo del todo, vale la pena que acudas a tu pediatra para que él en su pericia descarte otras causas de tipo orgánico o funcional que podrían ser las responsables. Finalmente, la Falta de apetito en los niños es algo para trabajar en Familia.

DR. GERMAN SOTO

Pediatra Puericultor