La sobreprotección parental, aunque nace del amor y el deseo de proteger a los hijos, puede tener consecuencias no deseadas en su desarrollo emocional y social. Es natural querer resguardar a los niños de las dificultades del mundo, pero cuando esta protección se convierte en un control excesivo, limita su capacidad para tomar decisiones y enfrentar desafíos. En este artículo, exploraremos cómo la sobreprotección afecta a los niños y qué pasos puedes tomar para fomentar su independencia y confianza, permitiéndoles crecer como individuos seguros y capaces.
Sobreprotección de los padres a los hijos
Los niños sobreprotegidos son tímidos, tienden a aislarse un poco, les cuesta sentir seguridad y confianza en lo que hacen, lloran intensamente, son malos perdedores, no tienen autocontrol, no toleran la frustración, no asumen la responsabilidad de sus actos y están acostumbrados a tenerlo todo a mano.
Las mamás y los papás sobreprotectores tienden a confundir su papel como proveedores de seguridad y confianza con la supresión de la capacidad de sus hijos para decidir, actuar, pensar o hablar, con autonomía e independencia.
La solución al problema de la sobreprotección está más en tu transformación actitudinal que en la búsqueda por cambiar la forma como tu hijo enfrenta el mundo.
Posteriormente a esta transformación parental, se puede dar inicio a la construcción de seguridad y confianza en tu pequeño mediante acciones que permitan motivar sus participaciones voluntarias, activas y decididas.
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