Entre los 12 y 24 meses, el desarrollo del lenguaje en los niños avanza rápidamente, y cada día son capaces de expresar más palabras e ideas. A esta edad, los pequeños comienzan a formar sus primeras frases, aunque no siempre resultan fáciles de entender debido a que suelen mezclar palabras o saltarse sílabas. Sin embargo, existen técnicas sencillas que los padres pueden aplicar para estimular su capacidad de hablar de manera más clara. A través de la alimentación adecuada y la interacción con su entorno, los niños no solo amplían su vocabulario, sino que también mejoran su pronunciación y comprensión.
Entre los 12 y 18 meses, los niños siguen enriqueciendo su vocabulario y empiezan a juntar las palabras que han aprendido formando pequeñas frases para darse a entender. Como aun son pequeños, puede que todavía cueste un poco entenderles ya que muchas veces crean palabras, las juntan y omiten sílabas.
Una técnica que estimula la articulación de las palabras y hace que se entienda de mejor manera lo que el niño está tratando de decir, es masticar alimentos troceados y carnes blandas.
Poco después de los 18 meses, la claridad va aumentando y el niño empieza a emplear menos palabras fusionadas. Las comienza a separar siendo una de ellas la más constante y cambiando la otra. Por ejemplo: quiero tete, quiero mamá. También a esta edad el niño comienza a identificar diversos objetos junto con su ubicación y posesión. Además entiende y realiza normas sociales como el saludo y despedida.
Dos años
Llegando a esta edad, el infante comienza a hablar similar a como lo hace un adulto. Empieza a usar números, identifica los diversos géneros femenino y masculino y conjuga las diversas palabras según el tiempo verbal en el que está hablando (aunque muchas veces no lo haga de la manera correcta).
Poco a poco, una vez que va aumentando la capacidad de comunicación del niño, también mejora significativamente la comprensión que tiene de las instrucciones y cosas generales que se le dicen.
Se aconseja desde el año y medio aproximadamente, aumentar en la dieta del niño carnes y vegetales crudos, los cuales fortalecen los músculos orofaciales y todos los movimientos que se hacen cuando uno habla y gesticula. La interacción con otras personas también favorece el habla ya que incrementa las palabras que el niño conoce y que eventualmente incorporará en su comunicación.
Yael Ergas
Psicopedagoga
Universidad mayor
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