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Alimentación para niños de uno a tres años: consejos prácticos

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Conoce los beneficios del huevo y los nutrientes que aporta a los niños a través de la alimentación complementaria. 

El niño debe incorporarse a la dieta familiar siguiendo unos patrones alimentarios que van a influir decisivamente en sus futuros hábitos de alimentación. Si bien esto es cierto, no hay que olvidar que el niño de uno a tres años puede mostrar una cierta vulnerabilidad al presentar determinadas limitaciones alimenticias.

A partir de los  12 meses de edad debe iniciarse progresivamente la introducción de alimentos con una textura más gruesa para ir acostumbrando al niño a alimentos más sólidos. Para empezar, se ofrecerán alimentos aplastados con el tenedor para ir cambiando a un trozo pequeño. Sin embargo, ofrece pedazos grandes de carne, pollo, pescado o frutas, con el fin de que las saboree y no tenga ningún riesgo de atoramiento. Todo ello dependiendo de cada niño y su rapidez en el aprendizaje de la masticación. El objetivo es que al llegar a los 1 8-24 meses el niño coma los alimentos troceados.

Características generales de la dieta para tu niño de uno a tres años.

  • La dieta debe ser equilibrada y variada en platos, sabores, texturas y consistencia e incluso colores, para acostumbrar al paladar y lograr un adecuado aporte nutritivo. El olor, el color, el sabor y la forma influyen en sus gustos personales.
  • No administrar solo licuados o sopas muy aguadas, pues no aportan suficientes nutrientes, por tal motivo es importante comidas de consistencia semisólida, que aportan energía y adicionalmente le ayudan al proceso de la masticación.
  • Los menús han de adaptarse a las características individuales, familiares y económicas en cada caso. Procurar incluir huevos, leche y alimentos ricos en hierro (carne, vísceras, aves, pescado) diariamente o tan a menudo como sea posible.
  • Al, sobre todo en la menor edad, hay que educarle para que mastique bien y, asimismo, niño, que conozca los utensilios de mesa como la cuchara y el tenedor, deje que los utilice así no lo haga muy bien, estimúlelo a comer solo.
  • A la hora de introducir alimentos nuevos conviene hacerlo progresivamente y al principio de cada comida, cuando el niño tiene más apetito.
  • Limitar el consumo de alimentos superfluos como golosinas y snacks no saludables, especialmente entre las comidas principales, para que coman lo que tienen que comer a sus horas.
  • Tenga en cuenta que el desayuno es una de las comidas más importantes del día.
  • En el almuerzo se debe favorecer la ingesta de platos preparados en casa, frutas y productos lácteos, sin abusar de los embutidos, patés y quesos grasos.

La estructura de una comida convencional para un niño de uno a tres años:

El desayuno y colaciones

El desayuno es una de las comidas más importantes del día. Es recomendable que en la primera comida del día se incluyan: lácteos, cereales de todo tipo y huevos. Si además se incluye una fruta o jugo natural, mejor aún.

La mayoría de los niños comen cuatro o cinco veces al día, por lo que son importantes las colaciones ya que contribuyen al aporte total de nutrientes. Deben ser saludables y constituir un complemento energético para evitar que transcurran muchas horas desde una comida hasta la siguiente, pero la cantidad no debe ser excesiva para que no reste apetito al niño a la hora de la comida o cena.

Almuerzo y cena

Es importante que la introducción del hábito alimentario familiar no solo se enfoque en los alimentos, sino también en socializar por medio de los comportamientos frente a los sabores. Se debe tener en cuenta que los avances en su motricidad fina le permitirán agarrar la cuchara o el vaso, pero se debe tener paciencia este es un proceso.

Algunos de los alimentos que deben encontrarse en el almuerzo y la comida son generalmente una base de arroz, pasta, verduras con patata, legumbres en puré. El valor nutritivo de este primer plato es el aporte energético, principalmente a partir de los hidratos de carbono complejos. Además debe tener una porción de carne, pollo, derivados cárnicos, pescado o huevos, deben aparecer en cantidades moderadas y acompañarlo de una porción de ensalada o fruta. Conviene incluir al menos 3 veces por semana pescado blanco y huevos, hasta tres veces por semana.

Es importante acostumbrar a los niños a tener un hábito alimenticio organizado con la familia, en las tres comidas, adicionando sus 2 porciones de más, pues se debe tener en cuenta que los niños deben consumir entre 4 a 5 comidas al día, para suplir las energéticas que deben cubrirse si se quiere que las proteínas de los alimentos cumplan en el organismo la función de formar tejidos y favorecer el crecimiento. Si esto no se tiene en cuenta, el organismo utilizará las proteínas para resolver sus necesidades energéticas y se llevará a cabo una alimentación desequilibrada.

postres

Lo mejor es incluir una fruta y alternar con productos lácteos sencillos como el yogurt.

Varias comidas al día

En esta época es conveniente que el niño realice cuatro o cinco comidas al día, es decir, desayuno, almuerzo y cena; además de dos colaciones. Algunos aún necesitan una toma láctea antes de acostarse; otros no, ya que sus comidas pueden ser completas e incluir postres lácteos.

Es importante, para la adquisición de unos hábitos alimenticios saludables mantener los horarios de comidas de un día para otro y no saltarse ninguna toma.

Cambios en tu hijo de uno a tres años

  • Los niños están en constante crecimiento y desarrollo de huesos, dientes, músculos y sangre, por lo que requieren más nutrientes en proporción a su peso que los adultos. La energía de los alimentos deberá ser suficiente para asegurar el crecimiento y evitar que se recurra a sus reservas corporales para obtener energía, pero a la vez no será tan excesiva que provoque obesidad.
  • Cambia su velocidad de crecimiento respecto al primer año de vida, suele producirse falta de apetito, lo que se traduce en una ingesta espontánea menor que no debe preocupar a los padres. Este hecho, que puede acentuarse más de lo necesario, unido a que expresan determinadas aversiones alimenticias ya la inmadurez de habilidades motoras, justifica la vulnerabilidad en estas edades. 
  • También hay que tener en cuenta que a esta edad no se puede seguir un patrón de comidas semejante a las del adulto, es decir tres comidas importantes al día sin ningún complemento entre ellas, dada su menor capacidad digestiva.

 

A los 3 años, la mayoría de los niños pueden comer por sí mismos, sin embargo, los padres deben continuar observando y estimulando a sus hijos durante las horas de comida. Haga comidas familiares que contengan variedad de alimentos y no estén demasiado condimentadas, azucaradas o ensaladas.

 

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Carole Glisser

nutricionista

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