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La alimentación complementaria es un momento clave en el desarrollo de tu bebé, y puede ser emocionante y desafiante a la vez. Es fundamental asegurarse de que las primeras comidas sean no solo nutritivas, sino también seguras y agradables. Desde evitar el exceso de sal y azúcares hasta incorporar grasas saludables y ofrecer una variedad de colores y texturas, cada decisión cuenta. Además, establecer buenos hábitos desde el principio puede marcar la diferencia en la relación que tu hijo tendrá con la comida a lo largo de su vida.
¡Descubramos juntos algunos consejos esenciales para una alimentación complementaria saludable y feliz!
- No adicione a las preparaciones sal ni condimentos procesados. Emplee cilantro, laurel, cebolla, tomate, ajo, pimentón.
- No ofrezca azúcares añadidos antes de los dos años. Hay otras formas de endulzar: puré de dátiles, ciruelas pasas, banano maduro. NO darle miel a niños menores de 18 meses ya que puede causar botulismo.
- Las grasas como aceites se incorporan en cantidades moderadas en la preparación de los alimentos para mejorar el sabor y completar las calorías requeridas por los niños.
- La alimentación que se ofrece debe ser variada en colores y formas en un mismo plato para hacerla más divertida y menos monótona.
- Al ofrecer porciones muy grandes, el niño puede rechazar los alimentos.
- Todos los alimentos deben lavarse muy bien, con agua limpia. Las personas que preparan los alimentos deben tener la precaución de un buen lavado de manos antes de la preparación o manipulación de los mismos.
- El agua es la mejor opción para saciar la sed de su hijo, además de la leche materna. Ofrezca agua siempre después de cada comida y en los intervalos entre estas. Así también evitará que su hijo presente deposiciones muy duras que llevan al estreñimiento.
- Las bebidas vegetales (arroz, almendras, marañón, etcétera) pueden acumular arsénico inorgánico, considerado un carcinógeno. Se recomienda no usarlas en lactantes y niños pequeños. Además, el contenido de proteína y calcio es muy bajo respecto al aporte de la leche de vaca y sus derivados.
- Nunca obligue a su hijo a comer. Recuerde que usted elije qué alimento ofrece, pero quien decide cuánto comer será él mismo.
- El ejemplo es la mejor manera de enseñar a su hijo a comer sano y adquirir hábitos saludables que permanecerán por el resto de su vida.
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