Como es habitual que los niños se lleven todo a la boca, se debe ser muy cuidadoso al guardar medicinas, elementos de aseo y desinfectantes. Si debes almacenar sustancias peligrosas en tu residencia, hazlo bajo llave.
Las intoxicaciones pueden ser resultado de algo que tu bebé comió, se untó o inhaló. Ante la presencia repentina de náuseas, vómito, dolor en la boca, irritabilidad, diarrea, somnolencia, hiperactividad, convulsiones o pérdida de consciencia, sospecha una intoxicación y acude a urgencias.
Al llegar es necesario que sepas: qué ha tomado tu bebé, qué cantidad, cuándo, qué síntomas ha presentado. Además, si identificaste la sustancia, llévala, así sea sólo el empaque.
No administres ninguna sustancia ante la sospecha de la ingesta de algún veneno, tampoco trates de forzar el vómito; podría emporar la situación.
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